Los cambios sociales, económicos y culturales de las últimas décadas han implicado que la inserción social y laboral de los jóvenes se haya transformado. Una manifestación de estos cambios es el explosivo crecimiento de las tasas de matrícula en todos los niveles educativos (básico, medio y superior). Los cambios ocurridos en el mercado laboral y el sistema educativo, influyen considerablemente en la visión del futuro de estos jóvenes. Pero estos no son los únicos factores que delimitan su futuro, sino que existen otros elementos que configuran estas variables, por ejemplo, la familia, nivel socioeconómico y la orientación vocacional. Los factores sociales y económicos son los determinantes con mayor peso en el tipo de trayectoria educativa o laboral que realizaran los estudiantes. En conjunto, la institución proporciona las condiciones materiales necesarias para forjar un nivel moral, cultural y educativo a cada estudiante dichoso de aprender. Por ejemplo: Tenti (2007) destaca que la masificación de la escolaridad media ha operado junto a un profundo proceso de segmentación de la oferta educativa asociándose su calidad según el grupo socioeducativo al que pertenece el estudiante.