Los resultados de este trabajo muestran que algunos líderes religiosos compartieron inicialmente con la congregación eclesiástica que el SIDA es consecuencia del pecado; un castigo y que esto les desesperó más de la cuenta, pero que cambiaron de opinión cuando encontraron un entorno comprensivo y que estos líderes siguen controlando sus hogares y dan todo lo que pueden para satisfacer las demandas familiares.Los líderes religiosos seropositivos quieren que mejore su estilo de vida y piden apoyo material para reintegrarse socioeconómicamente en la comunidad. Les gustaría ver expuestos todos los prejuicios relacionados con el SIDA y una comunidad que incluya al VIH. Abordan las ideas erróneas de los líderes religiosos sobre el SIDA y se comprometen a prestar apoyo moral a las personas que quieren hacerse la prueba o que son seropositivas.
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