Uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la humanidad es el calentamiento global. Por ello, han aumentado los esfuerzos para encontrar fuentes alternativas de energía y combustible. Una de las alternativas aplicadas con éxito es el biodiésel, una fuente de combustible neutra en carbono, ya que se produce a partir de cultivos agrícolas. Se sabe que hasta el 20% del aceite procesado en la producción de biodiésel acaba en un producto de desecho: el glicerol crudo. Se trata de un residuo de escaso valor porque sólo contiene entre un 40 y un 60% de glicerol, y el resto es agua, metanol, sales y otras impurezas. La purificación del glicerol es un proceso costoso. Las microalgas son plantas unicelulares y algunas cepas son capaces de acumular cantidades significativas de lípidos. También se sabe que algunas cepas de microalgas pueden agotar el carbono orgánico para cubrir sus necesidades de nutrientes y energía. En este libro, el objetivo del trabajo descrito es utilizar glicerol crudo, como fuente de carbono y energía para el crecimiento microalgal y examinar las condiciones óptimas de crecimiento en modo quimiostato. La biomasa microalgal producida mediante esta técnica puede utilizarse potencialmente como combustible, alimento y pienso.
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