Esta investigación diferencia entre el compromiso laboral (psicológico) y las prácticas de compromiso de los empleados (es decir, la implicación de los empleados y el intercambio de información), al tiempo que sugiere que estos sistemas de compromiso están relacionados, uno con otro, a través de un modelo de conservación de recursos y de recursos laborales. El compromiso laboral se compone de tres constructos principales, a saber, vigor o resiliencia, absorción y dedicación emocional, que repercuten en el bienestar laboral de los empleados. El estudio del sector de las tecnologías de la información en Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos sugiere claramente que el compromiso laboral psicológico es un concepto universal que se relaciona recíprocamente con la práctica de la implicación, donde la práctica de la implicación repercute positivamente en el compromiso laboral y viceversa porque el sector de las tecnologías de la información proporciona el entorno propicio o los recursos tangibles para adoptar la práctica de la implicación de los empleados. Asimismo, según la perspectiva del contexto institucional o las variedades del capitalismo y los sistemas de estrategia empresarial, la práctica de implicación no es universal, sino que se configura en función de la estrategia empresarial del sector de TI y el contexto institucional que permite la prevalencia de la práctica de implicación.
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