La depresión y la ansiedad son dos trastornos del
estado de ánimo con una incidencia muy elevada en la
población general. Esta situación es especialmente
importante entre las mujeres.
Aunque existen muchas maneras de explicar la
naturaleza de los desajustes emocionales, en este
trabajo se abordan desde una perspectiva cognitiva.
Según este enfoque, nuestros pensamientos podrían
ejercer un papel clave en la determinación de
nuestra conducta y emociones, siendo el pensamiento
distorsionado o disfuncional el que conduciría al
desarrollo de los trastornos afectivos. De esta
manera, pensamientos negativos acerca de uno/a
mismo/a o de naturaleza pesimista aumentarían el
estado de ánimo depresivo, mientras que pensamientos
consistentes en amenazas futuras y preocupaciones
conducirían a un aumento de la ansiedad.
estado de ánimo con una incidencia muy elevada en la
población general. Esta situación es especialmente
importante entre las mujeres.
Aunque existen muchas maneras de explicar la
naturaleza de los desajustes emocionales, en este
trabajo se abordan desde una perspectiva cognitiva.
Según este enfoque, nuestros pensamientos podrían
ejercer un papel clave en la determinación de
nuestra conducta y emociones, siendo el pensamiento
distorsionado o disfuncional el que conduciría al
desarrollo de los trastornos afectivos. De esta
manera, pensamientos negativos acerca de uno/a
mismo/a o de naturaleza pesimista aumentarían el
estado de ánimo depresivo, mientras que pensamientos
consistentes en amenazas futuras y preocupaciones
conducirían a un aumento de la ansiedad.