La mortalidad materna es inaceptablemente alta. Cada día mueren en todo el mundo unas 830 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. En 2015 se estimaron unas 303 000 muertes de mujeres durante el embarazo y el parto o después de ellos. Prácticamente todas estas muertes se producen en países de ingresos bajos y la mayoría de ellas podrían haberse evitado. La implementación de políticas de salud pública y protocolos de salud encaminados con la seguridad materna pueden prevenir la mortalidad materna también ayudan a reducir la frecuencia de muertes maternas.