Los implantes dentales se han convertido en una parte integral de la terapia dental contemporánea. Proporcionan un tratamiento electivo a las prótesis removibles tradicionales o a las prótesis parciales fijas dentosoportadas con una alta tasa de supervivencia y se convierten en un tratamiento predecible para sustituir los dientes perdidos. Los implantes dentales han cambiado radicalmente la odontología y han mejorado significativamente la capacidad de los dentistas para ofrecer opciones de sustitución dental a los pacientes. A pesar de su previsibilidad y éxito a largo plazo, en algunos casos se producen factores de riesgo y fracasos relacionados con los implantes. Un factor de riesgo se define como "cualquier característica, comportamiento o exposición con una asociación a una enfermedad particular". Los factores de riesgo pueden ser quirúrgicos, biológicos, mecánicos o estéticos. Algunos factores son relativamente menores y fáciles de tratar, pero otros son más importantes y difíciles de resolver, si permanecen igual o no se tratan pueden provocar el fracaso del implante dental. Los fracasos de los implantes son un problema multifactorial y complejo. Es importante comprender qué factores del paciente y del implante tienen más probabilidades de afectar negativamente al éxito de un implante.
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