La permanencia es sinónimo de calidad en educación superior, puesto que junto con la motivación del estudiante por graduarse, indica el cumplimiento de los logros de la política de cobertura educativa, las metas de las políticas de calidad, pertinencia y eficiencia educativas del Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior. Por esta razón, la permanencia y la retención, entendida esta última como el logro de los objetivos personales del estudiante mientras está matriculado en una institución, son fundamentales para disminuir los altos índices de deserción a nivel nacional.