Farid al-Atrash es reconocido entre los músicos árabes como el mejor intérprete de laúd de su tiempo C el rey del laúd. Los cantantes a menudo lo imitan descaradamente, rindiendo homenaje a su gran talento; además, su voz y su triste estilo eran tan únicos que podían ser claramente imitados. Los compositores encontraron en Farid (nombre que significa único en árabe) un competidor competente y un contendiente para el liderazgo en ese dominio. Estos logros fueron particularmente impresionantes ya que irrumpió en el mundo del arte durante la época de los gigantes establecidos como Mohammad Abdul Wahab y Umm Kulthum, y en una era en la que las nuevas tecnologías como la grabación y el cine estaban remodelando el campo. En un esfuerzo por crear su nicho, Farid tomó prestado del flamenco y el tango en sus composiciones. El primero tiene un maqam común con la música árabe, mientras que el segundo estaba de moda en Europa en ese momento. Intentó lo que llamó obras "operísticas" con elegancia y sofisticación, alimentando una actitud elitista dominante en sus círculos.
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