La Filosofía puede ser tan aplicada como cualquier otra área de conocimiento. Cuando digo aplicada no me refiero únicamente a la ética, sino al lado más impopular de aquélla como la ontología o la teoría del conocimiento. Las cuestiones más generales sobre qué es la realidad o qué existe puede parecer demasiado desvinculada del día a día excepto cuando aparece lo más radical: la muerte. Sin embargo la muerte es lo más común en el cosmos, lo más recurrente en la realidad que percibimos por los sentidos desde un vaso a una estrella. La argumentación filosófica, con anclaje en su propia historia y con la aportación de la cosmología, la neurociencia o el resto de ciencias naturales y humanas puede proporcionar razones desde el punto de vista materialista o dualista que alivien el drama del paso del ser al no ser. Este es el objetivo de este libro.