La mejora de la salud materno-infantil en los países en desarrollo es uno de los principales ejes en los que se apoyan los agentes sanitarios y las autoridades gubernamentales para tomar decisiones que garanticen la buena salud y el bienestar de las poblaciones. La consecución de este objetivo está condicionada por una oferta sanitaria de calidad (vacunación, tratamiento preventivo intermitente, prevención de la transmisión de madre a hijo, etc.) en todos los niveles de la pirámide sanitaria. La calidad de los servicios sanitarios ofrecidos a la población depende enormemente de la forma en que se financie el sistema sanitario: el personal sanitario que no está suficientemente remunerado está desmotivado y es probable que tenga un rendimiento pobre. La financiación basada en el rendimiento es un enfoque que pretende motivar al personal sanitario operativo en función de sus resultados. Para ayudar a las autoridades sanitarias locales a tomar buenas decisiones es necesario examinar y evaluar los aspectos positivos de este nuevo enfoque, centrándose en los indicadores de salud materno-infantil.
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