Esta investigación explora la relación entre las subvenciones a la producción de largometrajes holandeses y los ingresos de taquilla, en el contexto de los objetivos políticos que se han formulado desde 1997. Los objetivos se centraron predominantemente en: el aumento del volumen de producción; la mejora de la calidad y la comercialización del cine; el espíritu empresarial de los productores; y la atención al público. El objetivo principal era establecer un sector cinematográfico económicamente viable. Los incentivos lograron ayudar a aumentar el volumen de producción de las películas holandesas, así como el número de películas comerciales, pero estos éxitos fueron efímeros. Al final, el sector cinematográfico holandés no llegó a ser autosuficiente. La política se centró demasiado en la producción y no aplicó medidas específicas para la demanda. Sin embargo, cambiar el énfasis de la política a la demanda no garantiza un mejor resultado, porque lo único cierto en el negocio del cine es que nada es predecible.
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