El desarrollo económico de un país se ve comprometido cuando se deteriora la salud de su población activa. El disfrute del más alto nivel posible de salud es un derecho humano que puede alcanzarse mediante el gasto sanitario personal, el gasto público o las políticas públicas destinadas a promover y proteger la salud. Por tanto, la mejora de la salud de un país puede ser el resultado del peso de su gasto público en sanidad y de la evolución de su crecimiento económico. El gasto público en sanidad debe mantenerse bajo control en un contexto presupuestario restrictivo. La gestión del sistema sanitario suscita entonces una reflexión sobre el lugar que la sociedad concede a la salud, ya que, en un contexto de fuertes restricciones presupuestarias, los responsables públicos deben hacer equilibrios entre diferentes ámbitos de gasto: defensa, justicia, seguridad, infraestructuras, deporte, etc. El objetivo principal de este estudio es evaluar el impacto del gasto público en salud sobre el crecimiento económico de la RDC, poniendo de relieve su eficacia.
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