El aprendizaje de matemáticas ha sido una preocupación a lo largo de la historia. Éste ha pasado por distintos períodos que se ven marcados por la percepción social para emplear la habilidad matemática en la resolución de problemas y en las propuestas de desarrollo de las ciencias que implican saberes de esta disciplina. Antiguamente en el currículo escolar, se veneraba a los grandes científicos y matemáticos que dejaron un legado importante sobre leyes o teoremas que la sociedad consideró universales y el fin educativo era aprenderlos y reproducirlos de manera considerando que había una sola manera correcta de hacerlo. En los tiempos actuales, aprender matemáticas en la escuela ha flexibilizado el enfoque curricular, considerando el abordaje de esta disciplina como una de las herramientas básicas para el aprendizaje, la cual permite reflexionar sobre cómo resolver problemas de manera diferente, encontrando diversas estrategias y propiciando el desarrollo del pensamiento crítico que permita interactuar en el contexto, vinculando aprendizajes con la experiencia; este enfoque requiere necesariamente de cambios paradigmáticos en la percepción e intervención pedagógica de los docentes.