La necesidad de profundizar y fortalecer la educación en valores por todos los factores socializadores es una tarea importante hoy más que nunca en todo el mundo. De ello depende salvar lo más preciado que ha existido en nuestro planeta: el ser humano. No debemos olvidar que durante los primeros años de la década del noventa, Cuba se vio abocada a un colapso económico como consecuencia del derrumbe del campo socialista y la desintegración de la URSS, agravado por el recrudecimiento del bloqueo imperialista. Esto solo fue posible superarlo gracias a la obra de la Revolución que propició la firmeza y la unidad inquebrantable del pueblo, expresión de su fortaleza moral, la capacidad del Estado socialista para dirigir los escasos recursos hacia las prioridades del país bajo la sabia dirección del Partido y del compañero Fidel, donde se toman medidas económicas, entre ellas: la despenalización de la tenencia de divisa, la reapertura del mercado agropecuario, la creación de Unidades Básicas de Producción Cooperativas, la ampliación del trabajo por cuenta propia y el incremento del turismo internacional.