El mundo globalizado ofrece muchas posibilidades de comunicación a distancia y de encuentro interpersonal, pero crea también particularismos y discriminaciones. ¿Cómo conseguir un mundo más solidario y fraterno, sin excluidos? ¿Cómo hacer del planeta un lugar habitable, un hogar acogedor, también para las generaciones futuras?San Francisco de Asís y el pensamiento franciscano pueden servir de inspiración y de signo profético para una humanidad reconciliada, que respete y salvaguarde la creación.