En la actualidad existen muy pocos estudios sobre la obra de El Sexto de José María Arguedas. Los estudios realizados se han centrado en otras obras de este autor, los cuales fueron hechos, entre otros, por Cornejo Polar, Lienhard y Vargas Llosa. Las lecturas que hasta la fecha se han efectuado sobre El Sexto suelen centrarse en problemas del contexto social vivido en Perú en los años treinta. Autores como Antonio Melis y William Rowe llegan a afirman que toda la obra arguediana contiene un profundo sentido político. A partir de lo anterior, por medio de este texto trataré de brindarles una lectura distinta a las anteriormente mencionadas. A través de ella se podrá observar que el autor se mueve por un camino distinto al de tratar de conservar una cultura arcaica, o de regresar a una utopía. Diré que El Sexto trata, de dar cuenta de lo que el mismo Arguedas dijo en alguna ocasión: "... la división del país en dos universos, dos mundos, totalmente diferentes" y es precisamente asícomo se divide, simbólicamente, la cárcel del Sexto. El problema surge, precisamente, cuando Arguedas hace que estos dos mundos, tan heterogéneos, tan diferentes e inalcanzables, logren tocarse.