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En diciembre de 2001, el programa de televisión sueco "Kalla Fakta" descubrió la historia de Ahmed Agiza y Muhammed El Zari, a quienes, tras habérseles denegado el asilo en Suecia, la policía detuvo y deportó apresuradamente a Egipto. Los hombres eran sospechosos de terrorismo y, aunque Egipto era conocido por maltratar a los opositores políticos en general y a los presuntos terroristas islámicos en particular, el Gobierno sueco decidió trasladarlos. Tanto Agiza como El Zari afirmaron más tarde que fueron torturados en Egipto. La divulgación de la información provocó una protesta masiva y el…mehr

Produktbeschreibung
En diciembre de 2001, el programa de televisión sueco "Kalla Fakta" descubrió la historia de Ahmed Agiza y Muhammed El Zari, a quienes, tras habérseles denegado el asilo en Suecia, la policía detuvo y deportó apresuradamente a Egipto. Los hombres eran sospechosos de terrorismo y, aunque Egipto era conocido por maltratar a los opositores políticos en general y a los presuntos terroristas islámicos en particular, el Gobierno sueco decidió trasladarlos. Tanto Agiza como El Zari afirmaron más tarde que fueron torturados en Egipto. La divulgación de la información provocó una protesta masiva y el gobierno sueco fue muy criticado por un gran número de actores por haber violado sus obligaciones de derecho internacional y los derechos humanos de Agiza y El Zari. Suecia, por otra parte, afirmó que había hecho todo lo posible para garantizar que los hombres fueran tratados correctamente, asegurándose al mismo tiempo de que su seguridad nacional estuviera protegida. Esta afirmación arroja luz sobre un viejo conflicto que se ha visto reforzado por la aparición de la amenaza globalizada del terrorismo y las respuestas violentas y represivas hacia él; a saber, cómo respetar a la vez la seguridad del Estado y los derechos humanos. En diciembre de 2001, el programa de televisión sueco "Kalla Fakta" descubrió la historia de Ahmed Agiza y Muhammed El Zari, a quienes, tras habérseles denegado el asilo en Suecia, la policía detuvo y deportó apresuradamente a Egipto. Los hombres eran sospechosos de terrorismo y, aunque Egipto era conocido por maltratar a los opositores políticos en general y a los presuntos terroristas islámicos en particular, el Gobierno sueco decidió trasladarlos. Tanto Agiza como El Zari afirmaron más tarde que fueron torturados en Egipto. La divulgación de la información provocó una protesta masiva y el gobierno sueco fue muy criticado por un gran número de actores por haber violado sus obligaciones de derecho internacional y los derechos humanos de Agiza y El Zari. Suecia, por otra parte, afirmó que había hecho todo lo posible para garantizar que los hombres fueran tratados correctamente, asegurándose al mismo tiempo de que su seguridad nacional estuviera protegida. Esta afirmación arroja luz sobre un viejo conflicto que se ha visto reforzado por la aparición de la amenaza globalizada del terrorismo y las respuestas violentas y represivas hacia él; a saber, cómo respetar a la vez la seguridad del Estado y los derechos humanos.
Autorenporträt
Olof Hasselberg - LLM; estudió Derecho en la Universidad de Gotemburgo y en la Universidad de Copenhague.