La afirmación, registrada y transmitida por los sumerios, de que el Hombre fue creado por los nefilim, parece entrar en conflicto, a primera vista, tanto con la teoría de la evolución como con los dogmas judeo-cristianos basados en la Biblia. Pero, de hecho, la información contenida en los textos sumerios -y sólo esa información-puede afirmar tanto la validez de la teoría de la evolución como la verdad del relato bíblico, y demostrar que, en realidad, no existe conflicto alguno entre ambas. Lo que sí analizamos ahora, es que los textos biblicos han sido maquillados elegantemente para servir de base a una religión delicadamente organizada para manipular la inteligencia, la voluntad y la parte económica de la humanidad, presentando el cuento más maravilloso en la historia de la humanidad. Aquí unas cuantas sorpresas realmente verificadas.
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