Las relaciones de poder se han estudiado de múltiples modos. Aquí se aporta una perspectiva antropológica que busca en el simbolismo de las ciudades una explicación a las relaciones de poder. Lima ha sido una ciudad caracterizada por un centralismo simbólico y real a lo largo de los siglos a nivel nacional e internacional, así como una urbe cuyo rasgo prioritario ha resultado ser foco receptor de las migraciones rurales del Perú; de ahí la importancia que supone descender del nivel nacional al de ciudad para entender si existe en esta una organización espacial de las personas según poder político-económico; organización tal que posibilite comprobar si la ciudad de Lima sigue el patrón clásico que liga el centro urbano al hábitat de los poderosos o, si más bien se da una ambigüedad, complementariedad de usos donde también los tugurios tienen un espacio relevante en el espacio, no solo arquitectónico, sino además social. Asimismo, se aborda el espacio social que suponen los barriosde la periferia.