La importancia de este trabajo en relación a los indicadores que manejan los organismos reguladores actuales, recae en la consideración del aspecto geológico y ambiental como primera instancia; presenta indicadores basados en el sistema natural como punto de partida, y no al hombre o sus actividades como base fundamental del indicador. La principal aportación de esta metodología es la objetividad para plantear el estado del sistema fluvial sin la necesidad de clasificar o evaluar la representatividad de las variables que configuran el sistema fluvial, como sucede con los métodos que se emplean en la mayoría de las instituciones y tomadores de decisiones, lo cual influye en los resultado que se obtienen.