La región insular de Venezuela y específicamente el archipiélago Los Testigos estuvieron influenciados por procesos geomorfológicos sedimentarios de carácter erosivo y acumulativo que durante el Pleistoceno se combinaron con las fluctuaciones marinas, producto de los cambios climáticos sucedidos a escala planetaria. Específicamente en el Último Máximo Glacial los niveles se hallaban de 120 a 100 metros por debajo del nivel actual, hecho que aunado a las características de la morfología submarina; en la cual el archipiélago está emplazado sobre una amplia plataforma submarina a escasos metros de profundidad, sugieren que en este episodio glaciar la plataforma estaba emergida conformando así, una extensa llanura que unía las diferentes islas del archipiélago y la isla de Margarita; donde actuaron los procesos morfológicos erosivos y deposicionales. Con el final del Último Máximo Glacial, se elevaron los niveles marinos y la plataforma quedo sumergida. En la actualidad la acción de los procesos geomorfológicos depositarios y erosivos de origen marino y eólico, se han visto reflejados en algunas geoformas recientes, tales como: acantilados, playas, dunas costeras, tómbolos y otros