El suministro agroalimentario es una cuestión vital para la geopolítica mundial. En las últimas décadas la competencia internacional por los recursos naturales ha generado la inclusión de los alimentos en ponderaciones estratégicas y de seguridad de potencias centrales y emergentes. En un mundo donde una de cada nueve personas padece hambre crónica y espera aumentar al año 2050 su población a más de 9.300 millones, cobra significativa importancia analizar los factores que condicionan el suministro alimentario. El sistema agroalimentario mundial, hegemonizado por Estados Unidos de Norteamérica durante la Guerra Fría, se vio sujeto desde comienzos del siglo XXI a un proceso de reconfiguración estructural como efecto de una difusión mundial del poder. En paralelo, países en desarrollo acentuaron la tendencia hacia una mayor periferización, lo que implicó posicionamientos subordinados al circuito agroalimentario, vulnerando aún más las condiciones para la seguridad alimentaria de la población local. El caso de Argentina durante el período 1996-2016 es referencial. Desde una perspectiva realista el texto contribuye a develar mitos sobre los desafíos a futuro en materia agroalimentaria.