El despacho en la cadena de distribución de la energía eléctrica es una de los aspectos más significativos desde el punto de vista comercial y técnico en general para las empresas encargadas de este sector. En un principio el criterio más preponderante fue el del despacho económico donde el principal objetivo era proporcionar al consumidor final un precio mínimo y de otra parte incentivar a los productores de energía que ofrecían un menor precio y volúmenes considerables de energía. En la actualidad los criterios de eficiencia y calidad de energía se convierten en factores de una mayor relevancia para los consumidores y los demás agentes proveedores de energía (Informe final PROURE: Plan de acción 2010-2015). De manera adicional el advenimiento y masificación de las fuentes renovables de energía tales como la solar, eólica, geotérmica y otras pone de manifiesto la necesidad de buscar nuevos esquemas de regulación, de control del proceso de despacho energético que permita incluir las nuevas condiciones de mercado existentes y las implicaciones técnicas y tecnológicas que suponen los nuevos actores "generadores" en el sistema eléctrico global.