El desarrollo económico y la urbanización suelen provocar un aumento del consumo y la producción de residuos per cápita. La RD del Congo, como la mayoría de los países en desarrollo de África, no ha escapado a esta realidad. En efecto, la notoria falta de una política coherente de ordenación del territorio ha provocado una urbanización incontrolada y una explosión demográfica hasta ahora inmanejable en estas grandes ciudades, especialmente en Kinshasa. De 443.000 habitantes en 1960, la población ha pasado a 12.000.066 habitantes en 2015. Este crecimiento desenfrenado se refleja en el asentamiento abusivo de poblaciones en zonas inviables, la concentración de diversas infraestructuras, así como la instalación de casi todos los ministerios de la república en esta ciudad. Además, la ciudad de Kinshasa es un importante centro de actividad comercial y como tal atrae a mucha gente. Todas estas actividades de producción y consumo fomentan la producción masiva de residuos, cuya gestión es un problema crucial para las autoridades municipales y provinciales.
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