Debido que los nuevos paradigmas de producción, se extienden transformando el mundo en una fábrica global lo que involucra la propia cultura, modelos políticos socio culturales y la gestión del conocimiento como herramientas que coadyuven a enfrentar los desafíos que ello representa; en ese proceso de globalización, el trabajo y el trabajador pierden cada vez más su carácter individual y local, haciéndose colectivos por su dimensión y sus significados.