Uno de los aspectos emocionales de gran importancia en cuanto a la calidad de la acción educativa que se dirige a los alumnos al presentarse conductas violentas en el ámbito escolar, supone un rompimiento de la convivencia armónica y la falta de estructuras pedagógicas y de orientación dentro del aprendizaje. Es allí donde se presentan factores de distintas índoles que inciden en la formación del nuevo ser humano, por ello, las Defensorías Escolares deben asumir su rol de mediador y orientador en las actitudes de los educandos, pero a su vez, se debe fortalecer la convivencia y vínculos afectivos escolares, familiares y sociales, por cuanto la escuela es el modelador principal de las conductas y emociones de los niños.