Las transformaciones ocurridas en todos los niveles en América Latina, sobre todo en los últimos cincuenta años, nos muestran en los inicios del siglo XXI, hacia el interior de la región una pérdida de presencia estatal acompañada de reivindicaciones antiguas y nuevas de los pueblos y sectores excluidos, que tienden a un mayor multiculturalismo, mientras que hacia afuera, podemos observar una voluntad declarada por vastos sectores de superar el nacionalismo competitivo y generar un bloque más o menos integrado de diferentes países que les permita posicionarse mejor frente al mundo.- Esto va acompañado también por un nuevo intento de volver a pensar América Latina desde su propia especificidad, un resurgimiento del pensamiento latinoamericanista, que en las últimas dos décadas del siglo XX, prácticamente se había diluido y hoy parece volver a renacer.-