La República Democrática del Congo es un país con una enorme riqueza en su suelo y su subsuelo. A pesar de este potencial, sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, incapaz de garantizar el bienestar de su población. Además de esta triste realidad, hay una categoría de personas muy afectadas por la industria extractiva. Se trata de las mujeres y los niños. Las mujeres, menos representadas en este sector, no tienen voz en el debate sobre la gestión de los recursos naturales. Sin embargo, se encuentran entre las primeras víctimas de los problemas que rodean la explotación de los recursos naturales en la RDC. Ante esta triste realidad, el Ministerio de Género, Familia e Infancia y otros socios para el desarrollo han decidido trabajar para cambiar la situación de estas mujeres. El primer paso consiste en identificar a todas las mujeres que merodean en torno a las explotaciones mineras para poder actuar con rapidez. Con el apoyo del Banco Mundial, se creará un grupo de trabajo. La tarea de este grupo será supervisar a estas mujeres y apoyarlas en su propio desarrollo.
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