En este libro analizo cómo las identidades no heteronormativas se posicionan en las redes sociales. Para entender este entramado social opté por crear una red multi-situada, llamada Sexualidades Desobedientes, con la intención de ampliar las posibilidades de observación e interacción en diferentes contextos. Los datos fueron problematizados desde la noción de performatividad de género y, a partir de esa perspectiva, sostengo la idea que las redes sociales, lejos de ser lugares inmateriales o desencarnados, son parte integrante de lo que somos y por tanto, la corporalidad continua siendo en lo digital la interface con el mundo y nuestro principal referente para expresar emociones y subjetividades. Esta característica es especialmente potente para la multitud no heteronormativa, pues ofrece la oportunidad de narrar historias en primera persona, construirse a uno mismo a partir de cómo deseamos que los otros nos perciban y vean, dando a conocer hechos, valores y fragmentos que forman parte importante de sus vidas, revelando un mosaico de performances alternativas que contribuyen positivamente para la convivencia con la diversidad.