Resulta evidente que el fenómeno y concepto de carácter social, denominado gobernanza, resulta, para fines prácticos, bastante cuestionado. Ello es debido a que un buen número de críticos aducen, con buena parte de razón, que el término y fenómeno es tan ambicioso, que resulta muy difícil el ponerlo en práctica para cualquier comunidad o sociedad que pretenda instituirla. Pues bien, sí en efecto, existen en la vida cotidiana muchos obstáculos en su institucionalización, pero también resulta cierto que destacan ¿aún de manera incipiente¿ avances.