Uno de los acuerdos y consensos más trascendentales que han tomado las instituciones públicas y privadas incluyendo a la sociedad civil, a nivel nacional e internacional, es que todo esfuerzo económico, material o tangible incluyendo el manejo y protección de los recursos naturales y animales (environment) orientado al desarrollo de una nación, tienen que enfocarse en beneficios concretos en la calidad de vida de la personas. Específicamente en sus capacidades y habilidades para defenderse ante las situaciones que les toca vivir, pero a su vez, para acceder plenamente a una ciudadanía que lo integre política y culturalmente a estos modelos de desarrollo; ahí radican los esfuerzos organizados que buscan el llamado cambio social.