La universidad despierta las inquietudes del saber, es fuente de la creatividad humana, es el puente entre el pasado y un futuro promisorio. Con su propia autonomía va forjando estados de libertad que tendrán que ser ejecutados con responsabilidad. La autonomía universitaria debe orientarse y estar diseñada para crear estructuras organizativas, que permitan el desarrollo de sus funciones y una rápida respuesta al marco regulatorio nacional e internacional en base al proceso de planificación estratégica. La universidad como tal, en su contexto mismo involucra una serie de áreas funcionales dedicadas a la gestión administrativa (planificación, organización, control, evaluación y seguimiento), financiera y educativa. Con una gran variedad de oferta académica mantiene interacción continua con: estudiantes, docentes, comunidad, personal administrativo, directivos, órganos públicos de control educativo, instituciones educativas públicas y privadas ya sean locales, nacionales e internacionales. Un buen Gobierno de Tecnologías de la Información es un requisito indispensable para una gestión eficiente y es la propuesta de la presente obra.