Los historiadores, los viajantes, los escritores de autobiografía, y otros antiguos escritores se han puesto de acuerdo en decir que Bagdad es: "la madre de la vida", "la señora del país", "el paraíso de la tierra", "el encuentro de los encantos y las buenas gracias" y "el origen de las gratitudes y las cortesías". En toda la tierra, tanto en su levante como en su poniente, no hay ninguna igual: por su grandeza, espaciosidad y construcción, agua abundante y su aire saludable.