Utilizar un teléfono celular o una tableta electrónica está totalmente prohibido en las clases dictadas por el docente que se rehúsa a reconocer los múltiples beneficios didácticos que pueden aportar estas herramientas de la comunicación y de la información. Los estudiantes actuales, como nativos digitales, pueden ubicar fácilmente el tema en la red, y de manera más personalizada, ilustrada y amena. Aquel institutor se está perdiendo la posibilidad de tener un discurso dialógico con sus estudiantes, de lograr con ellos los objetivos temáticos, de asumir un papel de facilitador en la práctica educativa, en lugar de la tradicional y desgastadora clase expositiva. El texto guía de comprensión lectora y de lectura académica va precisamente en la dirección de trabajar con talleres muy concretos en donde, teniendo al educador como facilitador y orientador permita que estas herramientas electrónicas en manos de los alumnos funcionen como diccionarios conceptuales, bilingües, gramaticales y enciclopédicos, de dudas, de imágenes, de mapas o de conceptos afines, como agendas que permitan señalar tiempos de los compromisos académicos, y facilitar la toma de asistencia.