George Crumb escribe a menudo música para piano de forma radical, pidiendo constantemente al intérprete que toque en el interior del piano, una técnica en la que es prácticamente un pionero. La explotación de una gama de colores nueva y hasta ahora inexplorada a la que se puede acceder con las manos y los dedos dentro del piano o insertando dispositivos de alteración del sonido en las cuerdas. Sin embargo, escribe en texturas y estilos que se relacionan claramente con Debussy y Chopin, en particular en su uso del pedal de sostenido y en la forma en que establece una capa de sonido sostenido a través del pedal, en la que luego coloca sus ideas melódicas y rítmicas. A menudo menciona su deuda con estos grandes maestros del pasado en las notas de sus programas musicales. Incluso a veces cita directamente la música de Chopin o Beethoven dentro de sus propias composiciones. En este sentido, Crumb ve su música de forma evolutiva. En Makrokosmos Volume II, la música para piano de George Crumb, el pianista se enfrenta a los problemas añadidos de tener que tocar a menudo de pie, incluso tocar de pie sobre las teclas y dentro del piano. Estas y muchas otras dificultades físicas abundan en esta música, y se tratan a lo largo de esta guía.
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