Esta investigación trata sobre los discursos de lo femenino que performan cinco raperas chicanas de la ciudad de Los Ángeles. El principal objetivo es entender las razones que motivan a algunas chicanas a hacer rap, siendo éste un campo masculino que devalúa lo femenino y lo reconoce sólo como objeto sexual. Estas artistas remiten a contrastes y tensiones que surgen entre generaciones familiares; permiten un acercamiento a las condiciones de vida del barrio; al igual que encarnan una lucha compartida: la reivindicación de lo femenino como un lugar de poder desde donde enunciar su diferencia y renegociar las distintas relaciones sociales que las constituyen en términos de subordinación. La estrategia que han desarrollado es mediante la revisión, reconocimiento y apropiación de saberes que se asocian con una profunda raíz cultural imaginada con los que re-significan lo femenino heredado, revalorizando quiénes son y transformando sus prácticas. En dicha búsqueda, el rap es fundamental no sólo para comunicar sus experiencias de vida a la comunidad, sino para articular sus luchas, las cuales definen en términos de "descolonizar" y "curar".