Los retos de la educación del presente siglo demandan un cambio respecto a qué deben aprender los estudiantes para responder a las exigencias de la sociedad cambiante, en tanto, el aprendizaje de las habilidades blandas se torna necesario en la formación integral de la persona, lo que implica incluir en el currículo escolar competencias que contribuyen al logro de su perfil de egreso. En esa perspectiva la enseñanza de estas habilidades es responsabilidad clara de la escuela como institución y entorno clave para su desarrollo.