En los últimos años se ha criticado fuertemente la pretensión de convertir en "directivos efectivos" a "cualquiera", sólo a partir de proporcionar los conocimientos y desarrollar las habilidades requeridas. La experiencia demuestra que, efectivamente, es posible "formar" y "entrenar" a directivos para una dirección efectiva, pero que hay que partir de una "materia prima" adecuada, que haya demostrado cualidades personales como: inteligencia, valor, intuición, voluntad, "don de mando", capacidad de influir en los demás, entre otras cosas. No obstante, los elementos que proporcionan son útiles para el diseño de programas de capacitación en otros contextos, aparte de que muchas de las conclusiones de estos trabajos se pueden validar en otros contextos.