La telefonía móvil, desde los años 80, a partir de la primera generación de redes de telefonías y el salto del paso analógico al digital para la segunda generación en los años 90, ha significado un crecimiento exponencial ya sea en cuestiones de tecnología en hardware así como en servicios, a través de sus estándares de las redes móviles como la tecnología GSM (2G), consiguió la transmisión de información sobre los canales de señalización y ofreciendo una alternativa a los canales tradicionales de datos (GPRS, UMTS) de 3G para acceder a servicios interactivos de información desde teléfonos antiguos. Los tiempos de respuesta interactiva de servicios hoy día, basados con tecnologías de punta como 4G con velocidades promedio de hasta 1 Gbps de bajada en reposo y hasta 100 Mbps en movimiento, y con transferencia de datos de 1 Gbps como se presume con la 5G, nos permiten servicios de telefonía de tiempo real extraordinarios, mensajería instantánea de tiempo de respuesta excepcional y una gran variedad de aplicaciones de teléfono que simplifican el acceso a diferentes actividades como pagos y banca on-line, interacción con las redes sociales, geolocalización, entretenimiento, entre otros.