La economía azul se centra en el uso sostenible y equitativo de los recursos oceánicos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de subsistencia y el empleo. Esto incluye la pesca, la acuicultura, el turismo, el transporte marítimo, la energía renovable en alta mar y más. Las industrias oceánicas bien gestionadas pueden proporcionar empleos e ingresos que saquen de la pobreza a las comunidades costeras. Por ejemplo, la pesca y la acuicultura sostenibles crean empleo relacionado con la pesca. Al mismo tiempo, el uso insostenible de los océanos amenaza tanto a la biodiversidad como a las comunidades que dependen de los ecosistemas marinos para su subsistencia. La sobrepesca, la contaminación y la destrucción del hábitat perjudican tanto al medio ambiente como a las oportunidades económicas a largo plazo. El enfoque de la economía azul intenta equilibrar estos factores promoviendo industrias y políticas que conserven los ecosistemas marinos al tiempo que permiten un uso humano sostenible.
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