La sensación, se puede deducir, no es algo pasivo sino que involucra un proceso complejo de interacciones entre lo percibido, lo sentido, lo organizado y precisamente por ello, surge de la necesidad de leer la naturaleza, de penetrar la trama de su complejidad porque es esa penetración la que genera la sensación. Nada está simplemente ahí delante para ser meramente captado. La sensación nos impacta en el sistema nervioso sin pasar por el cerebro aconteciendo como un movimiento que pasa de un orden a otro, de un nivel a otro. No está afuera en el fenómeno aunque este la provoca, sino que es algo que de alguna manera toca al artista que lo conmueve, porque forma parte tanto de él como de lo que está observando, es de alguna manera un "entre." Capturar lo sensible como tal, el ser mismo de lo sensible sería atenerse únicamente a lo sentido, a la diferencia de intensidad como razón de lo diverso cualitativo. Se trata más bien de hacer visible una fuerza, es registrar el Hecho donde la fuerza se hace visible en virtud de la sensación que despierta. Esa diferencia sería un continuum sin continuidad, transformaciones de transformaciones que muestran esa diferencia de intensidades.