La halitosis o mal olor bucal es un olor desagradable u ofensivo que emana de la boca y es una causa frecuente de que los pacientes busquen tratamiento. Se han atribuido factores intraorales y extraorales a la halitosis. En la mayoría de los casos, el mal aliento se origina en la propia cavidad bucal. La mala higiene bucal, las bolsas periodontales, las restauraciones defectuosas, los alveolos secos, las dentaduras postizas sucias y los abscesos suelen pasarse por alto como fuentes potenciales de compuestos volátiles de azufre. Para evaluar el mal olor bucal se han utilizado diversos métodos, como la evaluación organoléptica, la cromatografía de gases y la monitorización de sulfuros. Hasta la fecha, ninguna modalidad de tratamiento específica ha mostrado resultados consistentes en todos los casos debido a las variadas causas del mal olor bucal. Se sigue investigando para encontrar una cura a este problema socialmente embarazoso. En la mayoría de los casos, un buen cuidado bucal profesional combinado con un régimen diario de higiene bucal, que incluya limpieza interdental, limpieza lingual y el uso opcional de un enjuague bucal, puede conducir a una mejoría. La educación del paciente sobre las prácticas de higiene bucal es crucial para que el tratamiento sea eficaz.
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