La hemisección y la resección radicular son dos técnicas quirúrgicas empleadas en odontología para tratar patologías dentales específicas con el objetivo de preservar la dentición natural. La hemisección consiste en la extracción de la mitad de un diente multirradicular, normalmente necesaria en casos de enfermedad periodontal grave que afecta a una sola raíz o caries extensas limitadas a una raíz concreta. Por el contrario, la resección radicular implica la extirpación quirúrgica de una o más raíces de un diente multirradicular conservando las raíces sanas restantes, a menudo indicada en casos de infección persistente o daños en una raíz específica. Ambos procedimientos se consideran alternativas conservadoras a la extracción del diente, ya que ofrecen la ventaja de conservar la estructura y función naturales del diente. Los resultados satisfactorios dependen de una cuidadosa selección del paciente, una técnica quirúrgica precisa y unos cuidados postoperatorios adecuados. Comprender las indicaciones, limitaciones y posibles complicaciones asociadas a la hemisección y la resección radicular es crucial para que los odontólogos puedan tratar con eficacia las patologías dentales complejas, al tiempo que se esfuerzan por preservar la integridad de la dentición.
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