La historia de Colombia en las aulas colegiales y universitarias ha sido enseñada de una manera, si se nos permite decirlo, aislada a la cotidianidad propia de los individuos; la razón, es quizá, que los profesores se han quedado en la antigua escuela marxista (nada de malo tenemos ante ella, pues nos aporta elementos importantes para los análisis sociales, pero no por lo clara se deba considerar la panacea) y por ende no han comprendido el presentismo como forma interpretativa de la historia el cual, como técnica de análisis, trata de observar el pasado a raíz de los impactos dados en el presente; lastimosamente la historia de la violencia en Colombia ha tenido a los ojos del público y los medios de comunicación, un criterio de ESPECTÁCULO, según los planteamientos categóricos de la historia del filósofo francés Maurice Merleua-Ponty , donde poco se retoma la misma desde el criterio de historia como responsabilidad.