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Instituida en 1540, la misión de la Compañía de Jesús era expandir la fe cristiana por el mundo, en un contexto en el que las ideas protestantes se extendían por Europa. Al desembarcar en las colonias ibéricas, los jesuitas pronto se destacaron por su acción pastoral y su sistema educativo, que tenía como punto de partida la población nativa, además de la producción textual, como cartas, manuscritos, libros, etc. Los tres manuscritos utilizados en esta investigación eran una especie de "manuales" que traían recomendaciones a los hermanos administradores y señores de engenho para la conducción de las haciendas y engenhos y la relación con el trabajo esclavo. El hecho de que la sociedad colonial girara en torno a la tierra y a los esclavos, y la necesidad de generar ingresos para el mantenimiento de las acciones misioneras, que hizo que la Compañía de Jesús se convirtiera también en propietaria de las tierras y de la mano de obra africana, provocó en los jesuitas la necesidad de reflexionar sobre la administración de las propiedades rurales y el trato recibido por los esclavos.