En los países Latinoamericanos la dinámica del producto social en el corto y largo plazo, como así también su distribución, son fenómenos económicos que reflejan parámetros propios de una estructura social y política particular. Para capturar esta característica, la presente obra recurre al estudio de la heterogeneidad estructural, un concepto que permite diferenciar las estructuras económicas y sociales de la región respecto de aquellas que caracterizan a las economías desarrolladas o centrales. La obra comienza con un análisis comparativo de este concepto, desde el enfoque estructuralista y neoestructuralista latinoamericano, para destacar luego sus similitudes y diferencias. Finalmente, se analizan las causas de la heterogeneidad estructural, pero desde la hipótesis de que los enfoques mencionados subestiman el poder de la moneda sobre la distribución del ingreso. Con esta premisa se propone una teoría monetaria de base regulacionista en la cual, el acceso desigual al crédito y los precios relativos, reflejan los efectos de esta variable sobre los desequilibrios estructurales.