La producción de productos químicos y combustibles a partir de materiales lignocelulósicos ha suscitado especial interés entre los investigadores debido al impacto negativo de los combustibles fósiles en el medio ambiente, así como a la creciente preocupación por los problemas geopolíticos del petróleo en todo el mundo. Las investigaciones actuales muestran la producción de etanol de segunda generación a partir de materiales lignocelulósicos como una tecnología alternativa. La fibra de sisal es un material lignocelulósico compuesto básicamente por celulosa (58%), hemicelulosa (15%) y lignina (11%), lo que la convierte en una alternativa para la producción de etanol de segunda generación en el nordeste de Brasil, ya que es un cultivo con un contenido considerable de carbohidratos que pueden degradarse en azúcares fermentables.
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