Alejado de la tradición positivista en la historiografía mexicana, esta obra aborda las significaciones imaginarias de una institución de enseñanza superior en México durante el período de 1925 hasta 1975. Mediante el análisis interpretativo de documentos, estadísticas y acontecimientos se descubren las distancias que van entre lo que la universidad bajo estudio declara ser: una universidad popular, socialista y democrática; y lo que efectivamente la cultura regional le permite realizar. No es, en consecuencia, un estudio que valora lo que debería ser, sino que la investigación es un intento por desentrañar algunas de las razones que se encuentran debajo de sus condiciones de posibilidad efectivas. La obra no es el resultado de la historia vigilada o de carácter conmemorativo. Su intención plantea la recuperación de la memoria y el olvido como una vía para reconocer y enfrentar los "expedientes no tramitados" de su historia y que, siguiendo las enseñanzas de S. Freud y P. Ricoeur, le evitaría en el presente encontrarse en los callejones sin salida hacia los que lleva ciegamente su reiteración.