Desde que la medicina se tornó curativa con los antibióticos, la humanidad doliente entró en la edad del medicamento moderno. Estos no pasaban de ser sintomáticos aunque algunos, como los analgésicos, anestésicos, sedantes, digitálicos y derivados naturales o sintéticos de la quina, habían sentado ya sus reales en la terapéutica; siglo y medio atrás esta era tan primitiva que había hecho exclamar a Voltaire cuando se enteró que un sobrino suyo pensaba estudiar medicina: "Desgraciado, ¡cómo te atreves a estudiar un arte que consiste en administrar venenos que no conoces a organismos que todavía conoces menos!". El siglo XX, como nos lo recuerda Alfredo Jácome Roca en este ameno libro, introdujo de lleno la farmacología como una ciencia que, a su vez tomó sus raíces en la fisiopatología, la química, la bacteriología y la inmunología que habían abierto la era de la "medicina etiopatológica". El medicamento evolucionó desde una terapia empírica, animista y mágica del hombre primitivohasta la terapéutica molecular y casi atómica de hoy.